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Qué es y cómo se cura la cistitis

Seguro que has oído hablar muchas veces de la cistitis y es posible que la hayas padecido incluso en alguna ocasión. No pienses que se trata de un trastorno exclusivo de las mujeres ya que, aunque es cierto que es más común en el sexo femenino (hasta un 40% de las mujeres llegan a padecerla), los hombres también pueden sufrirla, sobre todo en edades avanzadas. Así que, ¿qué sabes de la cistitis? ¿Sabes reconocer sus síntomas? ¿Sabrías actuar en caso de que la padezcas? ¿Conoces de qué manera prevenirla?

Tanto si nunca has padecido esta desagradable infección como si ya has tenido la oportunidad de sufrirla, te vendrá bien conocer un poco más sobre ella para evitar que te amargue el verano, que es cuando mayor incidencia tiene, o que afecte a tu vida social y estado de ánimo habitual.

Ah, si eres hombre, ya sabes que esto te toca a ti también, así que no dejes de leer lo que te contamos a continuación.

La cistitis: concepto, clases, origen y síntomas

¿Qué es la cistitis?

Como hemos dejado caer al inicio de este post, la cistitis es una infección normalmente provocada por bacterias, dentro de las cuales, la más habitual en la lista de responsables sería la Escherichia coli, un tipo de bacteria que habita en nuestro organismo y que, fuera del intestino, puede dar lugar a este tipo de infección. Esta invasión bacteriana, en la mayoría de las ocasiones, se produce desde las vías urinarias, entrando por la uretra. No obstante, en otras ocasiones puede provenir de otras partes del cuerpo, afectando más a los riñones.

CistitisOjo, no sólo hablamos de esta bacteria cuando nos referimos a la cistitisHongos e incluso virus pueden también hacer de las suyas y provocar los efectos de este trastorno que, en definitiva, alude a cualquier infección del aparato urinario en general, provocado por procesos o patologías de distinta índole y que dan lugar a síntomas similares, que más adelante vamos a conocer.

¿Cuáles son los tipos de cistitis?

La cistitis aguda suele dividirse en dos clases: la complicada, en la que se dan otros factores, aparte de la infección, que pueden implicar mayores riesgos para la salud, como podría ser encontrarse en estado de gestación o en la menopausia; y la no complicada, que suele consistir en la infección producida en una persona que no presente otros factores de riesgo.

Partiendo de esta base, podemos hacer una diferenciación según el origen de la infección: si se da en el tracto urinario inferior, podemos hablar de uretritis (afecta a la uretra), prostatitis (afecta a la próstata), orquiepididimitis (afecta a las conductos seminales), o cistitis propiamente dicha (afecta a la vejiga); si se da en el tracto urinario superior, nos estaríamos encontrando con una situación probablemente más complicada, como podría ser una pielonefritis aguda (afecta a los riñones).

Por último, en cuanto a la persistencia de los síntomas, podemos hablar de una cistitis recurrente, en los casos en que la infección reincide de manera periódica; y de una cistitis crónica, cuando la infección no desaparece del todo en ningún momento.

¿Cuáles son las causas de la cistitis?

Siempre es interesante conocer cuáles son las causas más habituales de una enfermedad, para luego tratar de prevenirla o desarrollar mejores hábitos que eviten que se desarrolle.

Las infecciones en la vejiga que más comúnmente dan lugar a la cistitis en mujeres pueden tener su origen en el coito, teniendo entrada la misma por la uretra, o puede ocurrir también que se dé una mala conexión entre la vejiga y la vagina.

Entre los hombres, las infecciones, frecuentemente, suelen tener su origen en la próstata.

PiscinaPor otro lado, todas aquellas situaciones que provoquen una exposición prolongada de los genitales a la humedad y contacto con agentes externos, sobre todo en contextos de frío, en el que los microorganismos causantes de la infección encuentran condiciones favorables para su multiplicación, aumentan las posibilidades de contraer la cistitis. Estas condiciones se suelen dar más habitualmente en verano, en piscinas, playas o baños públicos.

Otros supuestos que favorecen el desarrollo de esta infección, son:

  • La presencia de elementos obstructivos de la orina (cálculos renales, dilatación de la próstata, etc).
  • La introducción por los conductos urinarios de elementos artificiales para la realización de pruebas médicas o por necesidades fisiológicas coyunturales (sondas, catéteres…).
  • La edad también es un factor que influye de manera importante en la aparición de la cistitis, especialmente en aquellos casos en los que se produce una pérdida de control de la orina.
  • La concurrencia de algún trastorno que afecte al sistema inmunitario, facilitándose la propagación de las bacterias que originarán la infección.
  • La existencia de alguna anormalidad fisiológica en el sistema urinario, que deba ser subsanada por medios quirúrgicos.

¿Cuáles son los síntomas de que tenemos cistitis?

Como hemos señalado anteriormente, existen diferentes tipos de cistitis y, cada una de ellas conlleva una sintomatología propia. En todo caso, los síntomas más comunes cuando nos encontramos con una infección del sistema urinario son:

  • Sensación de estar orinándose a intervalos muy cortos cada vez.
  • Sensación de picor en la vagina y al orinar. Este picor al miccionar puede tornarse en dolor en determinadas situaciones.
  • Sensación de dolor al practicar el coito.
  • Irritación de la vulva.
  • La orina se puede volver espesa y turbia. En el peor de los casos, puede aparecer con sangre.
  • En el caso de las mujeres, sensación de presión sobre el pubis. En el caso de los hombres, dilatación del recto.
  • Estado de irritación

Si la infección que ha dado lugar a la aparición de la cistitis llega a desarrollarse en los riñones, estaremos hablando de un caso más grave, cuyos síntomas podrían ser:

  • Sensación de nauseas y vómitos.
  • Fiebre acompañada de escalofríos.
  • Sensación de dolor en espalda y costado.

Por último, también podemos diferenciar los síntomas de cistitis que pueden surgir en el caso de bebés:

  • Más dificultades de las normales a la hora de comer.
  • Irritabilidad.
  • Incontinencia urinaria.
  • Fiebre
  • Afectación en el crecimiento.

Remedios para la cistitis: prevención, diagnóstico y tratamiento

¿Cómo podemos prevenir la aparición de la infección?

Ahora que ya sabemos cómo y por qué surge la cistitis, así como de qué manera podemos identificar sus síntomas, podemos abordar con mayor seguridad las posibles actuaciones de prevención que podemos adoptar para evitar que la infección surja y se propague.

Algunos consejos generales que se dan tradicionalmente, son:

  • Desarrollar hábitos de vida saludable, con una alimentación equilibrada, ejercicio y cuidados generales del cuerpo.
  • Mantenimiento de una hidratación
  • Evitar aguantar la orina.
  • Procurar muda frecuente de pañales en bebés y, en el supuesto de niños algo más mayores, inculcar hábitos de higiene adecuados.

En el caso concreto de las mujeres, podemos realizar las siguientes recomendaciones en la prevención de la cistitis:

  • Empleo de productos para casos específicos, como es el caso de mujeres en la menopausia, momento en el que es conveniente el uso de crema con estrógenos.
  • Tras el mantenimiento de relaciones sexuales, prescindir del lavado vaginal y orinar para deshacerse de buena parte de posibles microorganismos dañinos.
  • Mantener una adecuada higiene genital, llevar a cabo mudas frecuentes tras el baño en playas y piscinas y procurar no someter a la zona genital a situaciones de frío y humedad.
  • Si eres propensa a la cistitis, acude al médico para que te aconseje el medio anticonceptivo adecuado, ya que en tu caso, ciertos métodos (espermicidas, diafragma o incluso preservativos) pudieran ser contraproducentes.
  • Evitar el excesivo rozamiento en la zona genital durante el mantenimiento de relaciones sexuales. Para ello, es aconsejable el uso de algún lubricante.
  • Optar por prendas transpirables y holgadas, evitando, consecuentemente, los tejidos artificiales y ajustados.

¿En qué consisten las actuaciones médicas para su diagnóstico?

Dependiendo de los síntomas que presente cada persona y del lugar del que parezca provenir la infección, será más apropiada la realización de una u otra prueba para determinar si nos encontramos ante un caso de cistitis o no.

Análisis de orinaHabitualmente, lo primero que realizará el especialista será una palpación del área abdominal y también de la pelvis, con el objeto de que el sujeto manifieste en qué lugar siente el dolor o molestias. Al margen de esta exploración, suele llevarse a cabo también un análisis de orina para determinar si existe infección o no, lo que se deducirá de la presencia, o no, de microorganismos.

Si surge la duda del tipo de infección ante la que nos encontramos, el médico podrá solicitar la realización de un cultivo de orina, así como también de otras secreciones como el líquido vaginal o uretral. Este análisis nos permitirá conocer la identidad concreta del agente causante de la cistitis y, por consiguiente, el tratamiento adecuado que corresponderá al supuesto concreto.

Junto a estas actuaciones, existen tres pruebas que, habitualmente, se utilizan en el diagnóstico de la cistitis:

  • La citoscopia, por la que se pretende examinar de manera directa el interior de la uretra y de la vejiga, usando para ello un tubo con luz y una lente, que se introduce en la misma uretra.
  • La ecografía abdominal: La ecografía es una prueba que hace uso de la tecnología de ultrasonidos para emitirlos por medio de un artilugio llamado transductor, recogiendo el ecógrafo el eco del sonido rebotado sobre la zona que se quiere explorar e interpretándolo en una imagen que plasmará en una pantalla.
  • La urografía, que es, en otras palabras, una radiografía del riñón del paciente. Para que el órgano aparezca nítidamente en la imagen que se obtenga, se inyectará con anterioridad en el paciente un producto que hará de contraste.

¿Cuál es el tratamiento de la cistitis?

Cistitis y tratamiento son dos conceptos que suelen ir unidos en las preocupaciones de nuestros pacientes cuando se acercan a nuestra clínica. Con el diagnóstico en la mano, podemos proceder a luchar contra la infección pero, ¿con qué armas? Depende: Si nos encontramos ante una infección bacteriana, podremos usar antibióticos, pero si se trata de una infección causada por virus, lo apropiado será el uso de antivirales.

Por otro lado, a la hora de determinar qué sustancia concreta usar, el especialista podrá solicitar la realización de una prueba de sensibilidad (antibiograma). Asimismo, habrá que descartar que la cistitis venga acompañada  de alguna otra enfermedad o problema que la agrave, como podría ser diabetes, trastorno nervioso o problema en el sistema inmunitario. En algunos casos en los que concurre otra patología, habrá que modificar el tratamiento o combinar varios. Asimismo, en los casos más extremos en los que se vea comprometido el riñón, puede ser necesario el ingreso hospitalario.

Mientras que en el caso de una infección que no afecte al riñón puede resolverse en el plazo de uno o dos días con el tratamiento adecuado, la infección de los riñones puede alargar el plazo de curación a una semana.

Ya dijimos al inicio de este artículo que es bueno llevar hábitos de vida saludable para prevenir la aparición de la cistitis. También para su tratamiento es aconsejable tener un buen nivel de hidratación diaria, tener una dieta adecuada y evitar sustancias perjudiciales a estos efectos como es el café, el alcohol, las especias y, sobre todo, el tabaco.

STOP FumarTambién hemos visto anteriormente cómo algunas cistitis vienen provocadas por problemas obstructivos en los conductos urinarios. En estos casos, puede llegar a ser necesaria una intervención quirúrgica para eliminar el obstáculo o corregir el problema fisiológico que causa la obstrucción.

La cistitis es una enfermedad común, muy habitual en el caso de las mujeres, pero que requiere una buena dosis de conocimientos y experiencia para poder identificar la clase de infección ante la que nos encontramos, prescribir el tratamiento correcto y actuar adecuadamente en los casos excepcionales o más graves. En Clínica Pedrosa estamos preparados para afrontar con las máximas garantías cualquier problema de la salud de la mujer, no dudes en contactarnos para explicarnos lo que te preocupa.

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